#19


#50

No distingo si sangro o lato,
si soy dafne
o soy apolo,
si adonis
o afrodita.
Así me acuesto,
bello.

#51

No distingo qué me meto
y enloquezco,
siempre insatisfecho,
depresivo,
adicto a la misma tristeza.

Me desangro latiendo un verso
que mancha los cielos, mi agua
y me pones un reloj en la muñeca
y el mejor verso lo escribo en la mesa,
terminados los límites del papel.

El multiuso se lo comió por la mañana.

#52

Y me rajo, rajo, rajo
ofrendando mil lágrimas
a los cauces de tus caricias;
erosionando mi piel
con los ríos de tu amor.

No hay vómito naciente
que no me haga tambalear en la silla,
vómito naciente sin baño que lo reciba.
No obstante hay demasiados poemas
demasiadas bocas que blablaean;
normal que nadie me lea
si los sentimientos, al mundo,
le importan una mierda.

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