#15


#40

No sé si soy en nuestra pareja Verlaine o Rimbaud;
Percy o Mary;
o ninguno de los dos,
un Acteón que pasaba por ahí...

Mira que la regaliz no me iba de chico
y ahora cultivo el absentismo
y me como hasta la última chuchería.

El hambre del dulce es el que más arde en el estómago,
el que más engancha,
y me meto en tu boca, carcomido por tus rayos,
famélico y tempestuoso.

#41

Y vuelvo, vuelvo, vuelvo,
desesperanzado y desesperado,
borrachuzo,
buscando la luz de tus labios.

Electrocuto mis sensores
y me corro, corro, corro,
en la voz de tus labios.
Labios, labios, labios...

Tiemblo.

#42

Me duele en el cuerpo
la contradicción de escribirte,
de que seas lo más y lo menos importante;
del louche de pasar por tu lengua.

Me duele en el alma
cuando tu boca no me basta y me hundo en el folio;
cuando la absenta solo sabe a regaliz y aguardiente
y la nostalgia hace un festín de mis nervios;
cuando el borrón opalescente se pone mustio
y vislumbro los brillos

Termino
hecho un ciervo
mientras mis versos despiadados me devoran...

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